The Conjuring

Nueva película de ¿miedo? a cargo de James Wan, el mismo tipo que dirigió la primera de la maravillosa saga Saw y la genial Insidious. Esta película ha llegado precedida de una grandisima expectación y críticas de medios especializados que aseguraban haberse cagado de miedo pese a lo curtidos que estan estos criticos en los terrenos terrorificos… En mi humilde y modesta opinión, que es personal e intransferible, he de decir que esta peli de miedo NO TIENE NADA DE NADA, sin embargo tiene otros muchos valores que la convierten en una buena película y que merece la pena el visionado.

Los Warren fueron un matrimonio muy popular en Usalandia en los setenta porque iban por ahí investigando casas encantadas y supervisando supuestos casos de exorcismos para ayudar en lo que pudieran a las desgraciadas personas que sufrían estos ataques fantasmales o demoníacos. Supongo que habría pasta de por medio pero esto no queda claro en la película. En aquella lejana década de los setenta la gente no era tan listilla como somos ahora y tenían más respeto a los demonios y demás apariciones de ultratumba, por lo que supongo que era una buena idea montar un negocio alrededor de esto. Así pues, esta película refleja perfectamente esta época, además se apoya en una excelente ambientación y dirección artística que nos remite a pelis de terror de fantasmas de aquella época como The Amityville Horror (que por cierto, esta pareja también fue allí a investigar).

The Conjuring nos muestra el que fue al parecer la investigación más terrorífica en el que la pareja metió las narices: un caso de manual de casa con fantasmas que acaba en posesión demoníaca. En esta casa se acaba de instalar un matrimonio que tiene cinco niñas monísimas. Los acontecimientos que suceden son los que cualquier persona que haya visto dos películas de terror en su vida puede predecir. Todo desemboca en un climax que pretende ser terrorífico pero que ni fu ni fa.

Esta es, por lo tanto, una película que encaja perfectamente en este subgénero que yo llamo Terror para la gente que no le gusta el cine de terror o Terror para todos los públicos. Una película interesante y entretenida pero amable en exceso y que abusa de los efectos sonoros y los planos cortos para sobresaltar a ciertos espectadores que van muy predispuestos a pasarlo mal con estos productos tan inofensivos.